Botox y depresión: ¿un nuevo tratamiento?
Lo último en Botox en territorio maxilofacial: nuevas investigaciones sugieren que es posible tratar la depresión paralizando algunos músculos faciales, lo que impide a los pacientes fruncir el ceño y tener caras infelices. Un estudio realizado en Georgetown ha podido demostrar mejores resultados en la resolución de la depresión, tras inyectar Botox en la región frontal. Los autores Finzi y Rosenthal de hecho publicaron un libro titulado The face of emotions, tratando este mismo tema.
La pregunta es ¿sonreimos porque estamos felices? o bien ¿estamos felices porque sonreimos?
En cualquier caso una nueva aplicación, un tanto heterodoxa, de la toxina botulínica en el territorio facial.