Acúfenos, ATM y Botox
Los acúfenos son una causa muy frecuente de consulta, especialmente entre nuestros colegas los ORL. Se calcula que hasta un 10% de la población puede sufrir este problema. Se trata de una sensación de zumbido o silbido que puede afectar a uno o a los dos oidos, sin que exista una fuente de sonido externa. No existe una causa única y las posibilidades de tratamiento son limitadas.
Un grupo de cirujanos maxilofaciales de la Universidad de Montpellier han publicado un artículo en el que presentan los efectos colaterales sobre los acúfenos que tiene el tratamiento del bruxismo. El bruxismo es muy frecuente en las consultas de los cirujanos maxilofaciales. Se define como una actividad parafuncional en la que existe una contracción involuntaria y repetida de los músculos de la masticación. Esta contracción se traduce en un apretar o rechinar los dientes de forma involuntaria generalmente por la noche. Los pacientes con bruxismo suelen presentar desgastes dentales, dolor en la articulación temporomandibular (ATM), dolor de cabeza, ruidos en la ATM e incluso una alteración de la movilidad articular que impida abrir la boca.
Una de las opciones más eficaces para el tratamiento del bruxismo es la infiltración de toxina botulínica (Botox) en la musculatura de la masticación. Este producto se inyecta en dosis variables en los músculos masetero y temporal.
Pues bien, en el artículo que comentamos, más del 80% de los pacientes con bruxismo que además tenían acúfenos antes de empezar el tratamiento, mejoraron o se curaron de ese molesto zumbido.
En consecuencia si usted es un paciente bruxista que además tiene acúfenos, podría beneficiarse del tratamiento con Botox, mejorando a la vez de los dos problemas.
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